

Psicólogos en Madrid

Opiniones y testimonios reales de nuestros pacientes.
Tomar la decisión de trabajar por uno mismo quizá es de las decisiones más importantes para nosotros, no por su dificultad sino por las consecuencias que tendrá en nuestra vida. Estamos cargados de mitos y creencias sobre la terapia, la psicología, el trabajo personal y ello nos genera miedo y reparo a la hora de decidirnos.
Priorízate en la vida. No hay nada más maravilloso que poder sentirte bien contigo mismo y con tu camino en esta vida.
Aquí encontrarás opiniones y experiencias totalmente reales de pacientes que esperamos puedan ser de tu ayuda. Si quieres compartir tu experiencia sólo tienes que escribirnos.

Llevaba tiempo pensando en ir a un psicólogo, algo no iba bien, pero no le quería dar importancia y por eso no me decidía... hasta que todo lo que llevaba dentro explotó, por así decirlo... La terapia me está ayudando muchísimo, no solo para superar todo lo que me ha ocurrido, si no también para conocerme a mi mismo, valorarme, no exigirme, quererme y en definitiva, para vivir mejor y más feliz, evitando que las cosas puedan volver a repetirse, que es quizás lo mas importante.
Ya voy entendiendo lo que ocurre y por que ocurre cuando le das miles de vueltas a las cosas, te juzgas y te sientes mal, y eso junto con otras herramientas que te enseñan en la terapia hace que tu vida sea mucho mejor contigo mismo, ya que el protagonista eres tú. Ahora para ser sincero estoy deseando que llegue mi visita semanal a Ana, no por que sea un encanto de persona, que también, sino por lo bien que salgo de la visita (me quedaría allí unas cuantas horas mas...), por lo que me ha ayudado, me está ayudando y me ayudará, ya que pienso seguir visitándola una temporada. Sin lugar a dudas, cuando ahora hablo con la gente sobre estos temas, siempre opino lo mismo, que todo el mundo debería ir a ver a un psicólogo de vez en cuando, y por supuesto no esperar tanto como hice yo.


Hace más de un año empecé mi terapia porque llorar era mi día a día, mi baja autoestima me hacía sentirme incapaz de tomar decisiones y de valorar las cosas positivas. Ahora gracias a sus consejos, todo eso ha cambiado, ya no vivo lamentándome y he encontrado la fuerza que para cambiar las cosas que creí que no tenía. Todavía queda camino pero sé que cuento con una gran profesional para lograr la meta final ya que me siento en buenas manos.

Llegué a la consulta con mucha ansiedad y estrés por esta vida que nos toca vivir: trabajo, casa, niños, deberes, etc. ¿Tenemos que ser super woman? Expliqué los motivos que me hacían sentir tan mal y tras una serie de pautas que me marcaron, poco a poco fui mejorando. Hay circunstancias de tu vida que no puedes cambiar pero si aprendes a aceptarlo, tu actitud hacia ello cambia y no te produce la ansiedad inicial.A partir de ese momento, en el que me empece a encontrar bien, pensé en los prejuicios tan tontos que tenemos por venir a pedir ayuda a estos estupendos profesionales.¿No vamos al médico para que nos ayude a tener una buena salud física?
¿Por qué no hacerlo para una salud mental?

Yo acudí a la consulta de Ana porque me di cuenta que por el camino que iba no estaba bien. Tenía un trauma que debía superar como fuera, costara lo que costara, ya que era la única forma de seguir adelante. Hace ya casi cuatro años tuve una pareja que me maltrataba, y yo siendo tan pequeña, porque apenas tenia 14 años de edad, pensaba que eso me lo había ganado yo. Aguanté durante un año golpes, insultos, me intenté quitar la vida varias veces, pero nunca conseguía una solución o algún tipo de esperanza que me ayudara a salir de ahí. Mi vida se basaba en depresiones, en tristeza y soledad. Hacía tres años atrás falleció mi abuela, la persona en la que yo siempre me apoyaba, mi pilar fundamental. No tenía nadie con quien hablar de lo que me estaba sucediendo, ya que él me había alejado de todas mis amistades y con mis padres no podía hablar de ello, porque pensaba que la culpable era yo. A raíz de eso empecé a cambiar mi comportamiento en casa, me volví una niña más contestona, fría, depresiva, solitaria... Y como era de esperar, mis padres se percataron de que algo no estaba bien, que me tenía que estar pasando algo, pues de un momento a otro cambié radicalmente mi forma de ser, ya no era la niña cariñosa y amigable de antes. Encontraron moratones en mi cuerpo, y yo siempre ponía alguna escusa como "me habré dado durmiendo con la cama", "me he caído cuando venía a casa", al principio me creyeron, al cabo del tiempo ya no. Me autolesionaba para evitar que los ataques de ansiedad me cogieran fuerte, pues odiaba el dolor en el pecho que dejaba y el sentir que me ahogaba, aunque fuera todo lo contrario. En una de las veces que mi ex pareja me estaba golpeando, me ahogó, me desmayé y sentí que el mundo se me venía encima, que era mi fin, pero no fue así. Mis padres me llevaron con Ana, mi ex psicóloga, que me ayudó a salir adelante con sus terapias y consejos, y en ese tiempo que pasé con ella, que fue bastante, más que mi psicóloga se convirtió en mi amiga. Gracias a ella he aprendido muchas cosas buenas, y cosas también que no debo hacer. Por lo que me pasó y por la ayuda que me otorgó, en el futuro quiero estudiar la carrera de psicología, porque así como Ana me ayudó a mí, yo quiero ayudar a personas que pasen por la misma situación que yo pasé o por diferentes. De todo se puede salir, todo se puede superar en esta vida menos la muerte. Siempre habrá un motivo o muchos para seguir adelante, solo es cuestión de encontrarlo, de tomar el tiempo que sea preciso para que el río vuelva a su caudal. Ahora yo tengo 17 años, de vez en cuando sigo necesitando ayuda, y me cuesta pedirla, pero al final lo acabo haciendo, porque solo no se puede salir de todo, necesitamos un apoyo. Si tienes un problema no dudes en hablar de él, pues así te sentirás mucho mejor, más aliviada. Espero que mi historia haya servido para que esas personas que necesitan de alguien, den el paso para hacerlo, si no puedes solo toma un momento y respira, grita con fuerza, "¡Necesito ayuda!" y dejate ayudar.

Cuando comencé a ir a la consulta de Ana tenía la autoestima por los suelos, apenas salía de casa si no era para ir al instituto, estaba muy perdida sentimental y emocionalmente. Había sufrido un aborto unos meses atrás y realmente no lo había superado. Al principio Ana me ayudó a superar el aborto y a dejar marchar esa tristeza que sentía por mi acto; cuando conseguí dejar atrás este sentimiento de culpa, las consultas me fueron ayudando a sentirme un poco mejor conmigo misma, a disfrutar más los pequeños detalles de la vida como escuchar una canción que te gusta o simplemente pasear y que el viento te acaricie. A veces necesitamos tanta ayuda y en realidad no nos damos cuenta hasta que vemos todo lo mal que estamos por dentro. Gracias a esto pude seguir con mi vida, superé las malas relaciones que tuve en el pasado y aprendí a elegir lo que realmente me hace feliz.

La parte más difícil de iniciar un proceso terapéutico es precisamente eso, decidir empezarlo. Me llevó casi 10 años encontrar el valor de pedir ayuda, y no me arrepiento de haberla pedido finalmente. Comencé la terapia como una persona muy insegura, llena de dudas sobre mis habilidades y sobre lo que los demás pensaban de mí, con muchas heridas del pasado que se negaban a sanar y me bloqueaban en el día a día, a ser alguien capaz de tomar decisiones, que no se hunde si lo que quiere hacer no sale como espera, contenta consigo misma y bastante más feliz que cuando la empecé. Recomiendo a cualquier persona que sienta que se ahoga pensando en sus problemas que busque ayuda, porque muchas veces los problemas los creamos nosotros mismos y necesitamos que alguien nos ayude a darnos cuenta de cómo salir de ese círculo vicioso.

Apenas llevo tres meses acudiendo a terapia. En mi caso fue por una separación matrimonial, y me sentía muy perdida, deambulaba dando tumbos y no era capaz de ordenar mi cabeza. Tenía muchos miedos, muchas inseguridades, sentía que no podía sola afrontar lo que me esperaba, daba vueltas por casa sin saber que tenía que hacer, me creí que no valía nada sino estaba con esa persona. Cuando estaba dentro de la relación, no era consciente del daño que me estaba causando, y en cierto modo el motivo fui yo por no ponerle límites a las cosas. Decidí acudir porque creía que sino iba a caer en una depresión y yo soy una persona que cree en la psicología, y que con las debidas herramientas puedes llegar a mejorar mucho tu estado de ánimo. Recuerdo el primer día como un día tan lejano que parece que hubiera pasado mucho tiempo, en cambio solo han sido tres meses. Ana es una persona con la que es fácil conectar, empatiza contigo al instante (al menos en mi caso) y me siento muy cómoda en cada sesión. Gracias a las sesiones estoy entendiendo porqué me sentía así, también soy consciente de mis miedos e inseguridades y que debo trabajar en ello para que no se vuelva a repetir una situación parecida, que sí que valgo y que solo debo creérmelo más. He retomado las riendas de mi vida, y ahora me siento fuerte e ilusionada con mi nueva etapa, vuelvo a ser la persona que fui pero en una versión mejorada. A nivel personal estoy muy contenta con este centro, todos en algún momento de nuestra vida necesitamos ayuda, y no hay que pensar que estamos locos,son herramientas para evolucionar como personas.
Busqué ayuda en la terapia de Ana recomendado por un compañero de trabajo. En mi caso me sentía tremendamente inseguro respecto a si mi pareja era con quien quería compartir el resto de mi vida. Su trabajo me ayudó, de raíz, a desgranar aspectos más profundos de mi persona: mi autoestima, la forma de comunicarme con los demás, programar mi tiempo, aprender a marcarme objetivos, identificar pensamientos negativos e inútiles, mantener la opinión de los demás a una distancia prudente, y un largo etcétera. Enseguida comencé a sentir un mayor control sobre mi bienestar. Para mí ha sido como haber hecho un Máster en psicología de mí mismo, de una forma sana y saludable. Por supuesto que aún tengo cosas que mejorar, pero sé que cuento con las herramientas para hacerlo. Siento gratitud hacia Ana al haberme dado técnicas y conocimientos importantísimos para el resto de mi vida.


He estado acudiendo a la consulta de Ana durante 1 año y medio. Llegué a su consulta bastante mal, incluso cuando hable con ella por telefono mi situación era de una profunda tristeza y unas ganas de llorar constantes. Soy un hombre de 30 años que lo ha pasado mal durante muchos momentos.
De pequeño sufrí abusos sexuales, mas tarde en la adolescencia sufrí abusos por parte de todo el mundo en la escuela, lo que es conocido como buying. Este buying de alguna manera se mantuvo siempre latente. Forjó en mi una personalidad sumisa y tímida . Mis niveles de autoestima y confianza siempre estaban bajos. Y ante esta situación yo siempre dí una total normalidad.
El haber ido a la consulta de Ana me ayudado de forma sustancial. Llegue a la consulta casi sin poder expresarme y llorando. Ana me dio una gran confianza. Abrí mi corazón con ella y le conté cosas que no le había contado a nadie. Cosas que tenía muy dentro de mí y necesitaba sacar.
Llegué super motivado. Me ayudó a estar mucho más motivado, a tener objetivos en mi vida, a saber lo que quiero. Me ayudo a saber que he de defender mis derechos, y siempre hacerlo de una forma asertiva. Me sentí mucho mas liberado y me siento feliz de haber tomado el paso de ir a terapia con esta gran profesional. Sobre todo por que desde el primer momento me di cuenta de lo implicada que estaba. También muchas veces he pensado que mi problema se podría haber atajado mucho antes, cuando yo pase mis problemas en mi adolescencia (pero no se puede dar marcha atrás). Por eso recomiendo, ante una situación de dificultad, no pensar que las cosas se van a solucionar solas. Lo mejor es acudir a un especialista.
Que te ayuden y te escuchen sin juzgarte, que te miren a los ojos y puedas hablar y llorar y sientas que entienden lo que estás pasando... esto es lo que me pasa a mi con Ana.
Me está ayudando a que debo ser yo quien se haga cargo de mi vida y afronte mis miedos, que son muchos...
Sin duda Ana empatiza muy bien, y para ella no eres una más, eres tú.

Hace algunos años comencé una relación de pareja a distancia. El hecho de vernos poco, tener que cuadrar agendas y vuelos para estar juntos, etc., me provocaba mucho estrés, inseguridad y no conseguía disfrutar de la relación, hasta el punto de llegar a tener crisis de ansiedad.
Necesitaba que un profesional me enseñara a reconocer mis emociones negativas y ponerlas en perspectiva. Entender cuáles de estas emociones eran exageradas, si tenían algún sentido y reconducirlas. Me di cuenta de que había mucho más atrás que lo que me provocaba esta relación, y que esto había sido sólo un detonante. Trabajamos mi autoestima, me ayudaron a ser consciente de mís puntos fuertes y reforzarlos (entre otras cosas).
Poco a poco y con mucho trabajo (porque no se puede tener una actitud pasiva, hay que hacer ejercicios y seguir las pautas marcadas por tu psicólogo a "rajatabla"), conseguí ser una persona más segura de mi misma, conocedora de mis emociones y más optimista. Aprendí que la vida es del color del que yo lo quiera ver. Desde que obtuve el alta por parte de mi psicóloga, la vida me ha hecho pasar por situaciones muy complicadas, pero gracias a todo lo que aprendí en terapia, he sabido sobrellevarlas sin ansiedad ni miedos exagerados. Hoy me siento muy orgullosa de mí misma!!!

